Volvemos a los orígenes, volvemos al principio de todo, al germen original que propició todo. Volvemos al Lápiz y al Papel, a los pentagramas de Clave de Sol y Clave de Fa, retornamos a escribir sobre las viejas hojas del Cuaderno de Bitácora.
Comenzamos de nuevo, pero no es empezar de cero, es un paso más en el camino… en las redes, en los blogs y las webs. Todo empezó con un triste papel que se juró amor eterno con una pluma. En la soledad se contaban versos y notas para escribir una canción que nunca fue. Hoy, el papel, permanece agazapado, escondido, ajeno al mundo, dentro de una carpeta que alberga ilusiones, esperanzas, horrores y miedos. La pluma, sin embargo, nos dejó hace tiempo.
Llevamos mucho tiempo luchando para que llegue este momento, por saltar las barreras de la era digital y hacernos un hueco en las estanterías de las librerías, los estantes de las casas, y aparecer, aunque solo parezca una gota de agua, en el infinito océano de las novelas. Hemos luchado, casi sin descanso, por qué “Último Despertar: La Vieja Guardia” llene con negra tinta el hermoso papel de los libros que hoy acarician mis manos, para que cobre vida en vuestras mentes, de la misma forma que lo hizo en la mía. Luchando por que atrape un trocito de vuestros corazones.
Son tiempos de cambio, soplan nuevos vientos. Comenzamos una nueva aventura, otra vez en solitario. Pero esta vez es diferente, ahora puedo decirlo, soy escritor y me siento de nuevo frente al mar de teclas, las frías hojas de blanco papel y las interminables noches zozobrando en los mares del insomnio y la inspiración.
De un triste papel a una agenda, de esa agenda al ordenador de un primigenio myspace del Messenger. Del extinto Messenger a Blogger y sus Delirios de Íkaro comenzó otro proyecto ScripToryuM. Primero fue un blog de unos ingenuos y jóvenes universitarios. Después una web que dio paso a un dragón alado que con su pasión nos devoró sacando lo mejor de cada uno. Cinco años de nuestras vidas hemos pasado en esa aventura. La vida, sus destinos y el sueño de volar más alto terminó con las alas de la bestia abrasadas. Totalmente agotado cayó adentrándose en las profundidades del olvido.
Huérfanos, Náufragos errantes y sin legado… a los que apenas nos alcanza la memoria, pasamos página y emprendemos rumbo a diferentes destinos… En mitad de la tormenta, un huracán pasó por mi vida y como la portada de La Vieja Guardia, las olas del indómito mar del destino me hicieron llegar a las fértiles tierras donde habita y mora la Editorial Tandaia. Ellos me dieron la oportunidad de cumplir mi sueño: Publicar.
Con este sueño cumplido, es nuestro deber seguir luchando. Por eso hemos creado este espacio. Es hora, ya, de sacar a la luz todo lo sembrado entre las noches de los baños de luna y las caricias de los primeros rayos de sol. Es hora de recoger la cosecha, de elaborar más productos de mi imaginación, de dar a luz a nuevos personajes y mundos. Es hora de volver a escribir por el placer de hacerlo. De colocar palabras, una detrás de otra, y así sucesivamente, hasta que mis dedos hagan magia, con la sinfonía de los botones del teclado. Es hora de emocionar con palabras, de transmitir sentimientos, de afilarlas para que corten, hieran o dañen. Es hora de volver…
Pero, antes de zarpar de nuevo por hilos de la red, debemos acondicionar bien este espacio, surtirnos de víveres, de textos vetustos y polvorientos, de textos nuevos de esta nueva cosecha, de fragancias exóticas y escritos reposados que saben cómo el mejor de los vinos. Imaginación, en esta nueva etapa, no nos falta. El tiempo, como siempre, lo sacaremos de debajo de las piedras. Le robaremos cada grano de arena al reloj para disfrutar cada uno de estos momentos de hermosa escritura.
El próximo jueves día 14 de diciembre empiezo un nuevo camino. Un nuevo comienzo en la Capital del Mundo, Bilbao. Entre el océano de libros de la Librería Cámara, de la calle Euskalduna número 6, allí estará mi historia, mi primera novela: La Vieja Guardia.
Una aventura que me tiene los nervios a flor de piel, las lágrimas orgullosas deseosas de saltar al vacío, y las uñas carcomidas y completamente roídas. Empecé este camino solo, no lo terminaré así. ¿Quieres acompañarme en este viaje?
¿Quieres conocer a la tripulación? ¡Vente! ¡Te esperamos!
Imagen: Jorge Alonso Zárate