Anoche decías que me amabas
que no podías vivir sin mí.
Ahora que soy toda tuya, (en cuerpo y alma)
me dejas bailando con las horas
a solas.
Y encima presumes de ello,
¿Dónde está ese amor tan bello?
Que un día fue ofrecido
En una ofrenda entre los dioses.
La luna fue testigo mudo
de nuestra ardua pasión.
El sol en su reposo
quedó desvelado,
sintiendo celos de los dos.
Cuerpos unidos al sol,
siempre al amanecer,
el mar es testigo
de esta pasión
que me quema el corazón.
Y tú has dejado
que esta llama
hoy no tenga luz,
no me quema ya.
Es fuego interior.
La luna está cansada
de tus excusas.
Te miro y te contemplo,
ya no eres el mismo
que ayer
atrapó mi corazón.
Y estoy cansada ya de ti,
no te puedo ni ver.
No empieces otra vez,
no lo vas a conseguir.
Sé que ya no me quieres.
Sé que el sol
te ha visto vagar
y la luna llorar.
Creo que me engañas,
¿Me engañas?
¿No sé a que juegas?
La Luna me ha contado
que estas con otra.
No lloraré por ti,
no lloraré,
de nuevo bajo sol,
ni en la fría mañana,
no llorare de nuevo
bajo el sol.
No lloraré más por ti.
No me merezco algo así.
Y bajo este sol
te juro por nuestro amor,
que en este momento
me haces sufrir,
me exprimes
las ganas de vivir.
No viviré más por ti.
Lo juro bajo este cielo
que hoy es gris.
Encontraré a alguien
que sepa lo que es amar.
Y bajo este cielo solo te digo: adiós.
Mi amor adiós para siempre.
Que necesito respirar,
el mismo aire
que tú me has robado
con el corazón.
Imagen: Jorge Alonso Zárate